Cumplir con las normativas de seguridad, minimiza el riesgo de accidentes, fugas y derrames durante el tránsito. Los procedimientos adecuados protegen la salud humana y el medio ambiente de los efectos peligrosos de las sustancias químicas. El cumplimiento de la normativa, también garantiza la clasificación, el embalaje y el etiquetado preciso de los productos químicos, previendo interacciones peligrosas entre materiales incompatibles y reduciendo la probabilidad de incidentes.
El incumplimiento de la normativa, puede dar lugar a multas elevadas, demandas y cierres operativos, afectando significativamente la estabilidad financiera y la reputación de una empresa. La adhesión a las regulaciones garantiza operaciones ininterrumpidas, manteniendo las licencias de envío y evitando la suspensión o revocación de permisos. Demostrar el cumplimiento, también mejora la confianza del cliente y la competitividad, posicionando a su empresa como un socio confiable en la cadena de suministro.
Los envíos conformes evitan retrasos, rechazos e inspecciones, agilizando la logística y reduciendo las interrupciones durante el transporte. La capacitación integral de los empleados, exigida por el cumplimiento de la normativa, garantiza un manejo eficiente y la adhesión a los protocolos de seguridad, contribuyendo aún más a la efectividad operativa.
El cumplimiento de la normativa, garantiza la adhesión a normas internacionales como el Código Marítimo Internacional de Mercancías Peligrosas (IMDG) y el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (GHS). Estas normas son esenciales para operaciones transfronterizas sin contratiempos. El cumplimiento normativo a menudo incorpora las mejores prácticas de la industria, incluidas las descritas en el Código CTU mencionado en el Código IMDG, mejorando la seguridad y la efectividad operativa.
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